Favor Divino

Jesucristo Plenitud de Vida

Descubrir el placer de la dependencia del Señor es uno de los mayores hallazgos personales que alguien puede hacer. Desde muy joven aprendí a ser independiente y siempre disfruté de serlo, trabajo desde los 16 años y cuando me entregué a Cristo sentí que iba a depender del Señor sólo respecto a la Salvación ya que me sentía fuerte y autosuficiente. Sin embargo, en los primeros años de casados, Nerina tuvo un embarazo ectópico (el feto crece en una trompa, fuera de la matriz), por consiguiente los médicos tuvieron que operar de urgencia para salvar su vida. Esa fue la primera vez en la que sentí el desolador sentimiento de la impotencia, no había nada que yo pudiera hacer en mis fuerzas para ayudarla, así descubrí la oración profunda, pues no podía más que orar y clamar a Dios por ella. Oré con todas mis fuerzas, sentí la finitud de mis posibilidades y lo efímeros que somos en este mundo; ayuné tres días hasta que Nerina salió de peligro. Puse en pausa mi trabajo, me quedé con ella todo el tiempo y experimentamos cómo el Señor, a través de su Espíritu Santo, nos daba su paz que nos llenaba el alma.

A partir de ese momento y en todo lo por venir fue más sencillo orar por cualquier situación personal, grande o pequeña, había descubierto a Dios muy cercano a mi y me agradó mucho esa experiencia de hacerlo parte de lo que estuviera viviendo. Me hice felizmente dependiente del poder y la guía del Espíritu Santo.

Aprender a depender del Señor implica desaprender la autosuficiencia y decidir hacer parte a Dios de nuestras decisiones diarias, hasta de esas que pueden parecer insignificantes. Aprendí a hacer parte a Dios de mi vida cuando sabía que podía hacerlo solo y me iba a salir bien de igual modo, porque la dependencia pasó de ser una necesidad a ser un verdadero placer y terminó siendo mi estilo de vida.

Cuando leo las Escrituras, muchos personajes bíblicos fueron dependientes del Señor en todo, y el favor divino los acompañó en tanto dependieron del Señor. David hizo de la dependencia su estilo de vida y creo que esa es una de las claves para que nuestra vida cobre un sentido pleno.

En muchas batallas Dios peleó por David y él tuvo grandes victorias que lo hicieron un hombre reconocido, sin embargo uno de los episodios que más enseña sobre el favor divino es la oportunidad que David encontró en Queila, una ciudad al norte de Israel azorada por los filisteos.

¡¡Te Invitamos a escuchar el mensaje completo, Dios te Bendiga!!

Pastores Juan Manuel y Nerina Curbelo.