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Pioneros: John Mayall

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John Mayall, el patriarca del blues inglés, creó las bases para el desarrollo de numerosos grupos, llenos de talento, en los años sesenta. En la práctica, gracias a él se formaron los núcleos creativos de Cream, Fleetwood Mac, Colosseum, con músicos procedentes de las varias formaciones de Bluesbreakers de Mayall, gente, en suma, que ha marcado (o marca) la historia del rock en todo el mundo. Nacido en Macclesfield, Cheshire, el 29 de noviembre de 1933, John Mayall creció en Bramhall, un suburbio metropolitano de Manchester (Inglaterra). Empezó a tocar la guitarra alrededor de los diez años y cuando hizo su debut, en un concierto con un trío de blues en el Bodega Jazz Club de Manchester, ya sabía tocar también el piano y la armónica. En definitiva, era un joven prodigio. Pero la música no era la única ocupación del debutante Mayall: en 1952 se alistó como voluntario en el ejército por tres años y, a su regreso, se apuntó a un curso de cinco años en la escuela de arte. Al mismo tiempo, continuó cultivando su innata pasión por el blues y firmó contratos en locales de jazz, en solitario y como titular de un grupo, John Mayall Powerhouse Four. Acabados los estudios, Mayall empezó a trabajar como dibujante, dado que aún no podía vivir de la música. Durante su tiempo libre puso en pie un nuevo grupo, Blues Syndicate. Finalmente le llegó la ocasión propicia, materializada en la persona del "veterano" del blues Alexis Korner: tras quedar entusiasmado con un concierto de Blues Syndicate, Korner invitó a Mayall a trasladarse a la zona cálida de la escena rhythm and blues inglesa, a Londres. Era el año 1962 y Mayall se dedicó en seguida a la caza de nuevos músicos para formar un grupo nuevo. Finalmente, en 1963, nació la primera formación de Bluesbreakers, con Bernie Watson a la guitarra, John McVie (uno de los futuros fundadores de Fleetwood Mac) al bajo y Peter Ward a la batería. Juntos grabaron un single, 'Crawling up a hill' / 'Mr. James'. En 1965, Mayall, con Roger Dean a la guitarra, Hughie Flint a la batería y McVie al bajo, grabó su primer álbum para Decca Records: 'John Mayall plays John Mayall', una grabación en directo. Tras la aparición del álbum. Roger Dean fue remplazado por Eric Clapton, recién salido del grupo Yardbirds, y se inició la edad de oro de Mayall. Clapton, efectivamente, estaba infravalorado en el grupo pop Yardbirds y Mayall se acordó en seguida de las grandes dotes del guitarrista, de su deseo de hacer blues. Mayall decidió darle a Clapton el espacio que este músico necesitaba. El resultado, espléndido, es un "clásico" de la historia del rock, el álbum 'Bluesbreakers John Mayall with Eric Clapton', de 1966. Producido por Mike Vernon, el disco tiene todo el sabor eléctrico y potente del blues urbano y, aunque Clapton lo pone todo para "robarle" la escena, Mayall hace excelentes demostraciones con el piano, el órgano y la armónica. 'Parchman farm', por ejemplo, está cargada de una intensa armónica soul y por la tensa sección rítmica de McVie y Flint. Todo el álbum parece elaborado por pequeños genios impacientes por demostrar sus grandes dotes individuales: Clapton crea solos que se convertirán en clásicos en los temas 'Hideaway' y 'Steppin' out', Flint se desenfrena en un valiente solo de batería en 'What'd I say', y la voz de Mayall (que el crítico del New Musical Express, Steve Clarke, definió como "el aullido hambriento de una hiena") imprime precisas connotaciones "lacrimógenas" a canciones como 'Double crossing time' y 'Have you heard'. 'Bluesbreakers John Mayall with Eric Clapton' es doblemente importante: da comienzo a la buena costumbre rock de juzgar la calidad de un tema no sólo por su fascinante melodía o por su letra, sino sobre todo por la creatividad individual con un instrumento y, otro factor notable, el álbum establece las bases de un verdadero "boom" del blues. Esta formación de Bluesbreakers duró sólo hasta junio de 1966. Mayall se consideraba un músico con una misión que cumplir, la de dar vida nueva al blues, y se movía entre sus compañeros con un comportamiento decididamente paternalista. El primero en caer en desgracia fue McVie, expulsado en varias ocasiones del grupo por su exagerada pasión por el alcohol (su futuro colega Mick Fleetwood también fue despedido por Mayall por la misma razón). Se acercaba el momento del desmarque en solitario de John Mayall. A finales de 1966, Mayall entró en los estudios Decca de Hampstead por un día, lo suficiente para grabar el álbum 'The blues alone'. Es un vuelo extremadamente individualista: Mayall no sólo compone y canta todas las canciones, sino que también toca, sobre-grabándolos, todos los instrumentos excepto la batería, tocada por Keef Hartley. El resultado es fascinante, especialmente en el tema instrumental 'Marsha's mood' y en 'Broken wings'. El producto en solitario, tan rico, testimoniaba un período de enorme fertilidad creativa, y Mayall, efectivamente, fundó otra versión de Bluesbreakers: fichó a Peter Green para la guitarra y la voz, a Aynsley Dunbar para la batería, recuperó a John McVie para el bajo y, con esta nueva formación, grabó el álbum 'A hard road'. El disco parece una copia del anterior con Eric Clapton: la misma atmósfera en la portada, con un retrato de los cuatro músicos pintado por el propio Mayall, y la misma atmósfera musical. Sólo que, esta vez, la revelación como prometedor talento musical recayó sobre el guitarrista Peter Green, gracias a sus prodigios instrumentales en 'The stumble' y 'The supernatural'. Si de la anterior formación surgió Cream, de ésta otra nació Fleetwood Mac. La cara B del single de Bluesbreakers 'Out of reach', la composición 'Sitin' in the rain', es de Green y está enteramente dominada por su guitarra y por su voz tan característica, al perfecto estilo de Fleetwood Mac. Cuando despues se unió por un breve período de tiempo el batería Mick Fletwood, la suerte estaba echada, y el núcleo de la formación de Fleetwood Mac estaba a punto: Mick Fleetwood, John McVie y, sobre todo, Peter Green. Aynsley Dunbar, por su parte, se unió a Jeff Beck en abril de 1967, antes de formar su grupo, Aynsley Dunbar Retaliation. Para grabar el álbum 'Crusade', en septiembre de 1967, Mayall reclutó a Keef Hartley a la batería, Mick Taylor a la guitarra y contó con John McVie al bajo durante unas pocas grabaciones. Los nuevos Bluesbreakers se enriquecieron con una sección de viento compuesta por Chris Mercer al saxo tenor y Rip Kant al saxo barítono, pero el papel principal lo desempeñó aún la guitarra, y el chaval de dieciocho años Mick Taylor demostró estar a la altura, sobre todo en 'Oh, pretty woman', de Albert King, y en el tema instrumental 'Snowywood'. La atmósfera blues del disco es electrizante: Mayall quería que fuera una especie de cruzada en defensa del blues (de ahí el título 'Crusade') y había elegido material escrito por verdaderos bluesmen negros americanos, como Sonny Boy Williamson, Freddy y Albert King, Buddy Guy y Otis Rush. La intención de Mayall era clara: atraer el interés de nuevas generaciones de oyentes hacia una música poco conocida en Europa. La formación de Bluesbreakers de 'Crusade' permaneció intacta hasta febrero de 1968, a pesar de que Heckstall-Smith sustituyó a Rip Kant al saxo tenor y soprano y de que McVie se alternó con Keith Tillamn, Paul Williams y Andy Fraser (el joven talento que después formó Free). Y precisamente con esta formación, grabaron dos decepcionantes álbumes en directo, 'Diary of a band, volumes one and two'. Tras el fracaso, Keef Hartley les abandonó y formó su grupo, The Keef Hartley Band, con el que grabó siete álbumes. Le sustituyó John Hiseman, un "monstruo" de la técnica muy influido por el estilo del jazz. El nuevo bajista fue Tony Reeves y la sección de viento se amplió con la entrada de Henry Lowther a la trompeta (ocasionalmente también en el violín); Mick Taylor mantuvo su posición de guitarrista oficial. Con esta formación grabaron el último álbum que lleva el nombre de Bluesbreakers: 'Bare wires', una tentativa, de escaso éxito, de fundir el blues con un sonido más "progresivo". En junio de 1968, una vez acabadas las grabaciones, Hiseman, Reeves y Heckstall-Smith se fueron, y formaron un grupo histórico del rock "progresivo", Colosseum. Mayall, tras unas vacaciones en Los Ángeles, volvió a su patria y grabó un álbum para narrar su propia experiencia californiana. 'Blues from Laurel Canyon', así es como se titula el álbum, aún cuenta con la colaboración de Mick Taylor a la guitarra y sirve de debut para Stephen Thompson al bajo y Colin Allen a la batería. Es un óptimo álbum de transición entre el blues eléctrico ya "clásico" y ciertas sugerencias psicodélicas. El álbum no se vendió mucho y cerró la edad de oro de Mayall, iniciada con la llegada de Clapton. Después, en mayo de 1969, también Mick Taylor le abandonó, para sustituir al difunto Brian Jones en los Rolling Stones. Para Mayall llegaba el período de las elecciones arriesgadas. Su característica forma de imponerse como "amo y señor" dentro del grupo no era sólo una evidencia de un deseo de poder. Era también el único medio para poder experimentar con nuevos músicos, y por tanto nuevas situaciones, dentro de una música profundamente esquemática y conservadora como es el blues. En 1969 Mayall tuvo una idea revolucionaria, formar un grupo sin batería y sin guitarra eléctrica. El resultado, 'Turning point' (primer álbum con Polydor), es, como bien dice el título, un verdadero cambio de dirección para la música de los setenta: al lado de Mayall, que canta y toca la armónica, están John Mark a la guitarra, Johnny Almond al saxo (más tarde estos dos formarán una banda de soft-jazz lamada Mark-Almond) y Stephen Thompson al bajo. La atmósfera general es una mezcla de jazz, blues, samba y boogie que se repitió también en el siguiente álbum, 'Empty rooms'. Pero el investigador Mayall no se detuvo ahí y, en 1970, recuperó el sonido más sólido y martillante del jazz-rock, con el álbum 'USA Union'. Éste y el siguiente, 'Memories', ilustran las primeras colaboraciones de Mayall con músicos americanos y, sobre todo, con los dos ex Canned Heat, Harvey Mandel, a la guitarra, y Larry Taylor, al bajo, y con el violinista Don "Sugarcane" Harris. En 1971 tuvo lugar la "reunión" con Eric Clapton, Mick Taylor y Keef Hartley para el álbum 'Back to the rooots', que sólo significó un momentáneo regreso a las raíces. En efecto, Mayall se acercaba cada vez más hacia el ambiente jazz y, en 1972, realizó en América el álbum 'Jazz blues fusion', con Blue Mitchell a la trompeta, Clifford Solomon al saxo, el guitarrista de Stax, Freddie Robinson, Larry Taylor al bajo y Ron Selico a la batería. Con algunos cuantos cambios, incluida la repesca de Keef Hartley, este grupo grabó a continuación 'Moving on' (1973) y 'Ten years are gone' (1973). El álbum 'The latest edition', de 1974, es el último de Mayall con Polydor. Contratado por ABC, en 1975 realizó un decepcionante 'New year, new band, new company', en clave de soul-rock para permitir lucirse a la cantante Dee McKinnie. En 1976 Mayall se recuperó, produciendo un inmejorable trabajo con el gran pianista y autor de Nueva Orleans, Allen Toussaint, titulado 'Notice to appear'. A finales de los años setenta Mayall se trasladó definitivamente a América. Allí grabó, entre otros y con altibajos, álbumes como 'A banquet in blues' (1976), 'Lots of people' (1977), 'The last of the British blues' (1978). Después, durante los años ochenta, Mayall firmó un nuevo contrato discográfico con la inglesa DJM y publicó álbumes como 'Bottom line' (1979) y 'Road show blues' (1981), que no añaden nada nuevo a su sonido tradicional. Ahora el sabor genuino de los orígenes ha desaparecido, igual que el deseo de sorprender reaventando un género. El Mayall de los años ochenta se pierde entre intentos de azucarados funky-rock y nostálgicos regresos a la fórmula del blues eléctrico más tradicional. No sólo los álbumes, sino también los conciertos se resienten de este estancamiento creativo, a pesar de contar con Mick Taylor. Un nuevo brote de habilidad compositiva y ejecutiva llegó en 1988, con el álbum, grabado con la Island americana, 'Chicago line'. Un momento feliz en un panorama que muestra a un Mayall alejado del gran negocio discográfico. Por lo demás, John Mayall ya ha dado mucho y puede permitirse estar a un lado.
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John Mayall, el patriarca del blues inglés, creó las bases para el desarrollo de numerosos grupos, llenos de talento, en los años sesenta. En la práctica, gracias a él se formaron los núcleos creativos de Cream, Fleetwood Mac, Colosseum, con músicos procedentes de las varias formaciones de Bluesbreakers de Mayall, gente, en suma, que ha marcado (o marca) la historia del rock en todo el mundo. Nacido en Macclesfield, Cheshire, el 29 de noviembre de 1933, John Mayall creció en Bramhall, un suburbio metropolitano de Manchester (Inglaterra). Empezó a tocar la guitarra alrededor de los diez años y cuando hizo su debut, en un concierto con un trío de blues en el Bodega Jazz Club de Manchester, ya sabía tocar también el piano y la armónica. En definitiva, era un joven prodigio. Pero la música no era la única ocupación del debutante Mayall: en 1952 se alistó como voluntario en el ejército por tres años y, a su regreso, se apuntó a un curso de cinco años en la escuela de arte. Al mismo tiempo, continuó cultivando su innata pasión por el blues y firmó contratos en locales de jazz, en solitario y como titular de un grupo, John Mayall Powerhouse Four. Acabados los estudios, Mayall empezó a trabajar como dibujante, dado que aún no podía vivir de la música. Durante su tiempo libre puso en pie un nuevo grupo, Blues Syndicate. Finalmente le llegó la ocasión propicia, materializada en la persona del "veterano" del blues Alexis Korner: tras quedar entusiasmado con un concierto de Blues Syndicate, Korner invitó a Mayall a trasladarse a la zona cálida de la escena rhythm and blues inglesa, a Londres. Era el año 1962 y Mayall se dedicó en seguida a la caza de nuevos músicos para formar un grupo nuevo. Finalmente, en 1963, nació la primera formación de Bluesbreakers, con Bernie Watson a la guitarra, John McVie (uno de los futuros fundadores de Fleetwood Mac) al bajo y Peter Ward a la batería. Juntos grabaron un single, 'Crawling up a hill' / 'Mr. James'. En 1965, Mayall, con Roger Dean a la guitarra, Hughie Flint a la batería y McVie al bajo, grabó su primer álbum para Decca Records: 'John Mayall plays John Mayall', una grabación en directo. Tras la aparición del álbum. Roger Dean fue remplazado por Eric Clapton, recién salido del grupo Yardbirds, y se inició la edad de oro de Mayall. Clapton, efectivamente, estaba infravalorado en el grupo pop Yardbirds y Mayall se acordó en seguida de las grandes dotes del guitarrista, de su deseo de hacer blues. Mayall decidió darle a Clapton el espacio que este músico necesitaba. El resultado, espléndido, es un "clásico" de la historia del rock, el álbum 'Bluesbreakers John Mayall with Eric Clapton', de 1966. Producido por Mike Vernon, el disco tiene todo el sabor eléctrico y potente del blues urbano y, aunque Clapton lo pone todo para "robarle" la escena, Mayall hace excelentes demostraciones con el piano, el órgano y la armónica. 'Parchman farm', por ejemplo, está cargada de una intensa armónica soul y por la tensa sección rítmica de McVie y Flint. Todo el álbum parece elaborado por pequeños genios impacientes por demostrar sus grandes dotes individuales: Clapton crea solos que se convertirán en clásicos en los temas 'Hideaway' y 'Steppin' out', Flint se desenfrena en un valiente solo de batería en 'What'd I say', y la voz de Mayall (que el crítico del New Musical Express, Steve Clarke, definió como "el aullido hambriento de una hiena") imprime precisas connotaciones "lacrimógenas" a canciones como 'Double crossing time' y 'Have you heard'. 'Bluesbreakers John Mayall with Eric Clapton' es doblemente importante: da comienzo a la buena costumbre rock de juzgar la calidad de un tema no sólo por su fascinante melodía o por su letra, sino sobre todo por la creatividad individual con un instrumento y, otro factor notable, el álbum establece las bases de un verdadero "boom" del blues. Esta formación de Bluesbreakers duró sólo hasta junio de 1966. Mayall se consideraba un músico con una misión que cumplir, la de dar vida nueva al blues, y se movía entre sus compañeros con un comportamiento decididamente paternalista. El primero en caer en desgracia fue McVie, expulsado en varias ocasiones del grupo por su exagerada pasión por el alcohol (su futuro colega Mick Fleetwood también fue despedido por Mayall por la misma razón). Se acercaba el momento del desmarque en solitario de John Mayall. A finales de 1966, Mayall entró en los estudios Decca de Hampstead por un día, lo suficiente para grabar el álbum 'The blues alone'. Es un vuelo extremadamente individualista: Mayall no sólo compone y canta todas las canciones, sino que también toca, sobre-grabándolos, todos los instrumentos excepto la batería, tocada por Keef Hartley. El resultado es fascinante, especialmente en el tema instrumental 'Marsha's mood' y en 'Broken wings'. El producto en solitario, tan rico, testimoniaba un período de enorme fertilidad creativa, y Mayall, efectivamente, fundó otra versión de Bluesbreakers: fichó a Peter Green para la guitarra y la voz, a Aynsley Dunbar para la batería, recuperó a John McVie para el bajo y, con esta nueva formación, grabó el álbum 'A hard road'. El disco parece una copia del anterior con Eric Clapton: la misma atmósfera en la portada, con un retrato de los cuatro músicos pintado por el propio Mayall, y la misma atmósfera musical. Sólo que, esta vez, la revelación como prometedor talento musical recayó sobre el guitarrista Peter Green, gracias a sus prodigios instrumentales en 'The stumble' y 'The supernatural'. Si de la anterior formación surgió Cream, de ésta otra nació Fleetwood Mac. La cara B del single de Bluesbreakers 'Out of reach', la composición 'Sitin' in the rain', es de Green y está enteramente dominada por su guitarra y por su voz tan característica, al perfecto estilo de Fleetwood Mac. Cuando despues se unió por un breve período de tiempo el batería Mick Fletwood, la suerte estaba echada, y el núcleo de la formación de Fleetwood Mac estaba a punto: Mick Fleetwood, John McVie y, sobre todo, Peter Green. Aynsley Dunbar, por su parte, se unió a Jeff Beck en abril de 1967, antes de formar su grupo, Aynsley Dunbar Retaliation. Para grabar el álbum 'Crusade', en septiembre de 1967, Mayall reclutó a Keef Hartley a la batería, Mick Taylor a la guitarra y contó con John McVie al bajo durante unas pocas grabaciones. Los nuevos Bluesbreakers se enriquecieron con una sección de viento compuesta por Chris Mercer al saxo tenor y Rip Kant al saxo barítono, pero el papel principal lo desempeñó aún la guitarra, y el chaval de dieciocho años Mick Taylor demostró estar a la altura, sobre todo en 'Oh, pretty woman', de Albert King, y en el tema instrumental 'Snowywood'. La atmósfera blues del disco es electrizante: Mayall quería que fuera una especie de cruzada en defensa del blues (de ahí el título 'Crusade') y había elegido material escrito por verdaderos bluesmen negros americanos, como Sonny Boy Williamson, Freddy y Albert King, Buddy Guy y Otis Rush. La intención de Mayall era clara: atraer el interés de nuevas generaciones de oyentes hacia una música poco conocida en Europa. La formación de Bluesbreakers de 'Crusade' permaneció intacta hasta febrero de 1968, a pesar de que Heckstall-Smith sustituyó a Rip Kant al saxo tenor y soprano y de que McVie se alternó con Keith Tillamn, Paul Williams y Andy Fraser (el joven talento que después formó Free). Y precisamente con esta formación, grabaron dos decepcionantes álbumes en directo, 'Diary of a band, volumes one and two'. Tras el fracaso, Keef Hartley les abandonó y formó su grupo, The Keef Hartley Band, con el que grabó siete álbumes. Le sustituyó John Hiseman, un "monstruo" de la técnica muy influido por el estilo del jazz. El nuevo bajista fue Tony Reeves y la sección de viento se amplió con la entrada de Henry Lowther a la trompeta (ocasionalmente también en el violín); Mick Taylor mantuvo su posición de guitarrista oficial. Con esta formación grabaron el último álbum que lleva el nombre de Bluesbreakers: 'Bare wires', una tentativa, de escaso éxito, de fundir el blues con un sonido más "progresivo". En junio de 1968, una vez acabadas las grabaciones, Hiseman, Reeves y Heckstall-Smith se fueron, y formaron un grupo histórico del rock "progresivo", Colosseum. Mayall, tras unas vacaciones en Los Ángeles, volvió a su patria y grabó un álbum para narrar su propia experiencia californiana. 'Blues from Laurel Canyon', así es como se titula el álbum, aún cuenta con la colaboración de Mick Taylor a la guitarra y sirve de debut para Stephen Thompson al bajo y Colin Allen a la batería. Es un óptimo álbum de transición entre el blues eléctrico ya "clásico" y ciertas sugerencias psicodélicas. El álbum no se vendió mucho y cerró la edad de oro de Mayall, iniciada con la llegada de Clapton. Después, en mayo de 1969, también Mick Taylor le abandonó, para sustituir al difunto Brian Jones en los Rolling Stones. Para Mayall llegaba el período de las elecciones arriesgadas. Su característica forma de imponerse como "amo y señor" dentro del grupo no era sólo una evidencia de un deseo de poder. Era también el único medio para poder experimentar con nuevos músicos, y por tanto nuevas situaciones, dentro de una música profundamente esquemática y conservadora como es el blues. En 1969 Mayall tuvo una idea revolucionaria, formar un grupo sin batería y sin guitarra eléctrica. El resultado, 'Turning point' (primer álbum con Polydor), es, como bien dice el título, un verdadero cambio de dirección para la música de los setenta: al lado de Mayall, que canta y toca la armónica, están John Mark a la guitarra, Johnny Almond al saxo (más tarde estos dos formarán una banda de soft-jazz lamada Mark-Almond) y Stephen Thompson al bajo. La atmósfera general es una mezcla de jazz, blues, samba y boogie que se repitió también en el siguiente álbum, 'Empty rooms'. Pero el investigador Mayall no se detuvo ahí y, en 1970, recuperó el sonido más sólido y martillante del jazz-rock, con el álbum 'USA Union'. Éste y el siguiente, 'Memories', ilustran las primeras colaboraciones de Mayall con músicos americanos y, sobre todo, con los dos ex Canned Heat, Harvey Mandel, a la guitarra, y Larry Taylor, al bajo, y con el violinista Don "Sugarcane" Harris. En 1971 tuvo lugar la "reunión" con Eric Clapton, Mick Taylor y Keef Hartley para el álbum 'Back to the rooots', que sólo significó un momentáneo regreso a las raíces. En efecto, Mayall se acercaba cada vez más hacia el ambiente jazz y, en 1972, realizó en América el álbum 'Jazz blues fusion', con Blue Mitchell a la trompeta, Clifford Solomon al saxo, el guitarrista de Stax, Freddie Robinson, Larry Taylor al bajo y Ron Selico a la batería. Con algunos cuantos cambios, incluida la repesca de Keef Hartley, este grupo grabó a continuación 'Moving on' (1973) y 'Ten years are gone' (1973). El álbum 'The latest edition', de 1974, es el último de Mayall con Polydor. Contratado por ABC, en 1975 realizó un decepcionante 'New year, new band, new company', en clave de soul-rock para permitir lucirse a la cantante Dee McKinnie. En 1976 Mayall se recuperó, produciendo un inmejorable trabajo con el gran pianista y autor de Nueva Orleans, Allen Toussaint, titulado 'Notice to appear'. A finales de los años setenta Mayall se trasladó definitivamente a América. Allí grabó, entre otros y con altibajos, álbumes como 'A banquet in blues' (1976), 'Lots of people' (1977), 'The last of the British blues' (1978). Después, durante los años ochenta, Mayall firmó un nuevo contrato discográfico con la inglesa DJM y publicó álbumes como 'Bottom line' (1979) y 'Road show blues' (1981), que no añaden nada nuevo a su sonido tradicional. Ahora el sabor genuino de los orígenes ha desaparecido, igual que el deseo de sorprender reaventando un género. El Mayall de los años ochenta se pierde entre intentos de azucarados funky-rock y nostálgicos regresos a la fórmula del blues eléctrico más tradicional. No sólo los álbumes, sino también los conciertos se resienten de este estancamiento creativo, a pesar de contar con Mick Taylor. Un nuevo brote de habilidad compositiva y ejecutiva llegó en 1988, con el álbum, grabado con la Island americana, 'Chicago line'. Un momento feliz en un panorama que muestra a un Mayall alejado del gran negocio discográfico. Por lo demás, John Mayall ya ha dado mucho y puede permitirse estar a un lado.
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